jueves, 24 de diciembre de 2015

El despertar de la Fuerza




Sinopsis:

Treinta años después de la victoria de la Alianza Rebelde sobre la segunda Estrella de la Muerte (hechos narrados en el Episodio VI: El retorno del Jedi), la galaxia está todavía en guerra. Una nueva República se ha constituido, pero una siniestra organización, la Primera Orden, ha resurgido de las cenizas del Imperio Galáctico. A los héroes de antaño, que luchan ahora en la Resistencia, se suman nuevos héroes: Poe Dameron, un piloto de caza, Finn, un desertor de la Primera Orden, Rey, una joven chatarrera, y BB-8, un androide rodante. Todos ellos luchan contra las fuerzas del Mal: el Capitán Phasma, de la Primera Orden, y Kylo Ren, un temible y misterioso personaje que empuña un sable de luz roja. 



Parto de la base de que, a estas alturas es muy difícil encontrar una película que me impacte, que me marque, como aquella original que vi con 13 años. Imposible. La nostalgia es lo que tiene. Aún recuerdo el cine, que ya no existe, en el centro de Alicante, la primera vez que pedí que me llevaran a un cine de la ciudad.
 
Volviendo a la película, procuré ir lo menos contaminada posible, harto complicado en la era de la información, lo sé, pero lo conseguí en buena medida. Sea como fuese, admito que me emocionó oír la banda sonora y ver desplazarse las letras por la pantalla. Por cierto, la gramática en una galaxia muy, muy lejana debe obedecer a otra normativa porque ponen cuatro puntos suspensivos cuando son tres según la RAE. Vale, que me disperso. 


Retomo el hilo: la peli está hecha para fans de la trilogía original, “la buena”. J. J. Abrams es muy cuco y, sin necesidad de sutilezas, nos ofrece un homenaje a los que la disfrutamos, con múltiples referencias y con paralelismos descarados. Nada más ver a los actores principales pone los pelos como escarpias, por emoción y porque el paso del tiempo en ellos es espejo del nuestro propio. Harrison Ford estará arrugado pero el brillo de los ojos y la media sonrisa de Han Solo perduran y sigue enamorando. Por otro lado, es admirable y envidiable ver lo bien que se conserva Chewbacca. ¡Ni una cana en todo su pelaje!


¡Y la familia (léase juntando las yemas de los dedos, al estilo italiano)! Bien podría tratarse de los Corleone del espacio ya que los lazos sanguíneos (es lo que tienen los midiclorianos, aunque no se les mencione) juegan un papel esencial.

¿Funciona el conjunto? Para mí sí, que a estas alturas no quiero hacerme mala sangre. Me la pasé muy bien, qué caray, y que cuenten conmigo para la próxima.

2 comentarios:

Jesús dijo...

No soy muy fan de Star Wars, recuerdo la primera película que ví.
Me impactó, como las primeras de la serie.
Ahora estoy totalmente perdido en este mundo y ha perdido su interés, aunque nunca se sabe ...

Juanfra dijo...

Quiero verla a ser posible antes de fin de año que tengo ya las entradas con un año de antelación. Hace poco regalé dos y aún me quedan tres. Si la veo en 2016 ya tendría que ser con una de las quince que tengo para 2016.