lunes, 8 de agosto de 2011

"El Museo explica nuestras raíces como pueblo"

En junio de 1981, Ilse Schütz una profesora de matemáticas alemana, fundó en Agost el Museo de Alfarería para evitar que la tradición alfarera de este municipio se perdiera en el olvido. Su trabajo de investigación, recopilación de objetos, documentos y entrevistas orales a los alfareros jubilados en esos años, conformó los cimientos de este Museo. Este año el centro cultural cumple el treinta aniversario de su creación y Schütz regresó a Agost, donde ofreció hace unos días la conferencia "30 años del Museo, 200 años de alfarería en Agost. Un viaje por el tiempo".

Sin la ayuda de las administraciones públicas, ¿pueden salir adelante este tipo de museos?
Ni este ni ninguno, está claro; de la cultura nadie puede vivir. Cuando vine a España, en el año 1981, conocí el municipio en unas vacaciones y el edificio me impactó. A partir de entonces, mi obsesión fue esa, construir un Museo, que tenía claro que tenía que ser de alfarería. No era fácil, pero lo conseguí.

En estos 200 años, ¿ha evolucionado la alfarería?
Por supuesto, un documento que data de 1817 ya recoge que la alfarería era una actividad pequeña, que se desarrollaba en el entorno. En la segunda mitad del siglo XIX se produjo el verdadero boom; la mecanización del tren, la mejora de las carreteras o la emigración al norte de África fueron factores que hicieron posible que las alfarerías empezaran las exportaciones a África y por tren al resto de España. Mirando las piezas se ve la evolución que se produce en la alfarería merced a los cambios económicos, sociales y culturales.

¿Cómo ve el futuro del Museo?
Me gustaría decir que me da lo mismo, pero no es así. No está en mis manos y vivo con la esperanza, pero va a ser difícil. Mi lema es tengo que luchar para que se haga si quiero que se haga algo. Hay que unir a las fuerzas, todos los partidos de la Corporación están involucrados. La cultura no es para hacer política con ella, tiene que estar al margen.

El Museo destaca también por la labor pedagógica que desarrolla.
Es impresionante el trabajo didáctico que lleva a cabo, que era mi objetivo. El material que atesoramos sirve para explicar nuestras raíces. Las investigaciones que he realizado sirven para comunicar parte de la historia humana. Pienso que la raíz de un pueblo es la raíz de todos nosotros.

El pleno del Ayuntamiento de Agost la acaba de nombrar hija adoptiva.
Es un reconocimiento que no voy a denegar (risas). Para mí es un honor, creo que no me lo merezco, yo solo he intentado crear un museo que tuviera una función didáctica para que los escolares conocieran la historia de la alfarería y las técnicas de elaboración del barro. Lo demás ha venido rodado.


http://ocio.diarioinformacion.com/planes/noticias/nws-26355-el-museo-explica-nuestras-raices-como-pueblo.html

2 comentarios:

Johnny dijo...

Suele suceder muy seguido que extranjeros vean por nuestras culturas mas que los locales y se tomen la labor de salvarlas. Deberíamos de aprender de ellos y tomarnos mas en serio nuestra idiosincracia.

Mari Pau dijo...

Es un mèrit el d'esta dona, i em fa goig que se li reconega la creació del museu. Ara be, com a bona teutona, germanoparlant, llengua majoritària, com el castellà, no em va deixar posar la llengua autòctona, (diglòssica i en vies de desaparició, tot el que vulgues, però la primitiva de la cantereria d'Agost) en primer lloc quan vaig intentar ajudar-la a posar etiquetes als botijons. De tota manena, Ilse és la creadora del museu.