viernes, 26 de febrero de 2010

El Dador


Sinopsis:
Jonás vive con su Unidad Familiar en una Comunidad, y se enfrenta a la Ceremonia de los Doce, en la que se le otorga la Misión que deberá desempeñar el resto de su vida.
Pero Jonás es especial, tanto que se le concede uno de los oficios más honorables y respetados dentro de la Comunidad, él será el nuevo receptor de recuerdos. Sobre él recaerá el peso de recordar todos esos sentimientos, vivencias y experiencias que no tienen cabida dentro de la Comunidad. El antiguo Receptor pasa a ser el Dador que vuelca sobre Jonás todos los recuerdos almacenados del mundo pasado, y a partir de ese momento Jonás nunca volverá a ser el mismo…


Se trata de una visión futurista de una sociedad aparentemente perfecta en la que cada cual lleva una vida ordenada y dirigida. Un mundo en el que todo es perfecto, en el que no hay preocupación por el dolor porque no existe, ni existe tampoco el amor porque puede dar problemas. Un mundo en el que está determinado qué padres te convienen, qué profesión tendrás el día de mañana, cuándo podrás usar una chaqueta con botones por delante o por detrás. No hay contaminación. Nunca se muestra la enfermedad, la vejez o la muerte. Hace plantearse lo feliz que se vive en la ignorancia o cómo el desconocimiento de determinadas cosas hace que no las añores. La libertad de elección no existe, porque no hay libertad. Por supuesto, recuerda las distopías de Huxley u Orwell. Como lo más probable es que a los chavales no les suenen, esta novelita es una buena manera de acercarlos a los clásicos del género. Libro muy recomendable, a pesar de la ambigüedad del final abierto.
Con motivo de la aparición de la segunda parte han reeditado la primera. Curiosamente, han dejado el título en inglés y han sustituido al anciano de la portada (el Dador del título) por la imagen de un chaval joven. Exigencias de marketing, supongo.

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