martes, 12 de mayo de 2009

Mi nombre es Harvey Milk


Sinopsis:
Activista gay. Amigo. Amante. Unificador. Político. Luchador. Icono. Inspirador. Héroe. Su vida cambió la historia y su coraje cambió muchas vidas.
En 1977, Harvey Milk fue elegido concejal del Ayuntamiento de San Francisco, convirtiéndose en el primer hombre gay reconocido en ocupar un cargo público. No sólo significó una victoria para los derechos de los gays; supo crear coaliciones con grupos muy diversos, desde la tercera edad a los sindicalistas. Harvey Milk cambió la imagen del defensor de los derechos civiles. Antes de su prematura muerte en 1978, se había convertido en un héroe para los estadounidenses.


Me gustó mucho esta película. Sean Penn es uno de los mejores actores de su generación y se gana el Oscar bordando el papel en este biopic del primer político abiertamente homosexual que, a día de hoy sigue siendo un referente. Increíble la capacidad camaleónica de este actor, que es capaz de adoptar los gestos y la forma de hablar de un personaje complicado en un difícil equilibrio de darle el punto gay sin llegar a locaza. El realizador Gus Van Sant hace un buen trabajo, sacando lo mejor de cada uno de los actores, y mezclando ficción e imágenes reales de los 70 de manera magistral. Al final de la película salen fotos de los verdaderos protagonistas y el parecido con los actores caracterizados es asombroso.
Hay que apreciar en su justa medida el valor de un hombre para luchar por sus derechos que ahora, en la mayoría de la sociedad occidental, nos parecen dados por sentados, derechos humanos al fin y al cabo, pero por los que tuvieron que bregar sin darse por vencidos personas como Harvey Milk a las que tanto hay que agradecer. Las escenas de amor con su amante (adorable James Franco, de las sonrisas más encantadoras del panorama actual) no son escandalosas sino que hacen mucho por la normalización pues vemos el amor, la pasión, el desamor entre dos seres humanos con independencia de su sexo.

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