jueves, 26 de junio de 2008

Chantaje


Neil Randall, encarnado por Gerard Butler (muy alejado aquí del cachas Leónidas de 300, pero igualmente guapetón), es un hombre que lo tiene todo: buen aspecto, encanto, éxito, bien orientado hacia la cumbre… Se ha casado con Abby (Maria Bello), la perfecta compañera; ambos son bellos y compasivos; ella es una buena esposa y una buena madre para la única hija del matrimonio, Sophie, de cinco años de edad. Abby soporta en silencio la desesperación típica de las esposas de hombres ambiciosos, hasta que un hombre llamado Ryan (Pierce Brosnan, que tampoco está nada mal) aparece de ninguna parte. Igual que un ángel vengador, se lleva la única cosa que ambos adoran, la pequeña Sophie.

Este thriller opta por desafiar al público mediante el uso de la tensión psicológica en lugar de emplear una violencia desmesurada, como en su condición de vehículo para que Brosnan efectúe un giro en su carrera como actor. La clave está en crear una situación en la que el público esté preguntándose permanentemente qué es lo que ellos harían si se hallaran en una circunstancia tan horrible. Pero, claro, tampoco compensa identificarse con los pobres sufridores de los protagonistas: bastante mal se pasa en la vida para cargar con angustias ajenas. Lo que parece un sinsentido se explica al final. No lo contaré por si quisierais verla (no es un peliculón pero vale para pasar el rato) aunque sí avanzaré que va en la línea de Atracción fatal.



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